Cientos de jinetes recorrieron hasta 24 horas de camino para llegar a la fiesta en honor a Padre Jesús de las Tres Caídas.
Vecinos recibieron a los peregrinos con pan, agua y alimento para sus caballos, en una tradición que une a comunidades de Puebla y Veracruz.
Una muestra de fe que año con año fortalece nuestras raíces.